Reflexiones sobre las elecciones de Andalucía

elecciones Andalucía

Hoy toca reflexionar sobre las elecciones de Andalucía del 2D.

Política de empresa

En esta entrada del mes pasado, nos propusimos dedicar parte del contenido que publicamos a hablar de Social Eventos. Opinar, filosofar y comentar la realidad que nos rodea, a través de una nueva categoría del blog llamada “reflexiones”.

Suele ser habitual en las empresas no pronunciarse sobre política, pero ante lo acontecido el pasado domingo 2 de diciembre de 2018 en las elecciones al Parlamento de Andalucía, hemos querido hacer unas consideraciones.

Hemos vivido un momento histórico

En la sociedad andaluza podemos encontrar, según su edad, tres grupos de personas:

  1. Los que han conocido sólo al PSOE, que nacieron ya en democracia.
  2. Aquellos que también han vivido en la época de la dictadura de Franco.
  3. Los más mayores que, por desgracia, conocieron el hambre y la Guerra Civil española.

Tras la aprobación del Estatuto de Autonomía de Andalucía el 30 de diciembre de 1981, las primeras elecciones de nuestra comunidad tuvieron lugar el 23 de mayo de 1982. En total, se han celebrado diez elecciones, tras las cuales siempre gobernó el mismo partido político.

En Andalucía, todos los que pertenecemos al grupo de unos 40 años para abajo, no hemos conocido otra cosa. Por eso, lo que vivimos ayer, fue un momento histórico que estudiarán las generaciones venideras.

Izquierda, derecha y centro

Dentro del espectro político que concurría a estas elecciones hay gran variedad de partidos con diferentes ideologías.

En Social Eventos no vamos a definirnos porque sería imposible. Cada uno de los que formamos este equipo hemos votado distinto y en estas cuestiones no valen medias aritméticas ni desviaciones típicas para definir a un conjunto.

Sí es cierto que un pueblo tradicionalmente de izquierdas, ha virado hacia la derecha, con la irrupción sorprendentemente inesperada para algunos de VOX. Este hecho nos llama la atención.

Si miramos hacia EEUU, Francia, Italia, Austria, Alemania, Hungría, etc.. esto ya ha ocurrido. Las políticas socialdemócratas de los últimos años están haciendo resurgir partidos de este tipo en todo el mundo.

En España somos expertos importadores de tendencias, modas, ideas y elementos que han surgido en otros lugares años antes. También ocurre en el mundo de los eventos. En consecuencia, nos extraña sobremanera esta sorpresa generalizada: era cuestión de tiempo.

Hechos que nos preocupan

La confrontación

Cualquiera que esté en redes sociales está viendo un incremento significativo de la polarización y la confrontación, no ya de los partidos, sino de los ciudadanos. En muchas ocasiones llega a vestirse de intolerancia, insultos, odio y violencia.

El ser humano tiene por costumbre no aprender de la historia, pero si hay algo que ha aportado la democracia, dentro de sus mil imperfecciones, es la posibilidad de expresar las ideas de cada uno en libertad.

La democracia debe garantizar la expresión de todas las sensibilidades siempre que se encuadren en nuestro marco legal, que integra las normas de convivencia que nos hemos dado para poder vivir en sociedad. Pero la historia discurre en ciclos, y cuando ya hemos superado una época en que los derechos y libertades no existían, cuando ya estamos empachados de democracia, tendemos a repetir comportamientos y actitudes que generaron esas situaciones a las que nadie quiere volver.

Debemos estar alerta porque, conociendo la historia, sabemos qué ocurrirá si no cuidamos estos valores. No nos dejemos influir por batallas políticas de gentes que viven de eso, porque nuestra vida es otra cosa.

Nuestra vida es sacar adelante nuestro trabajo, cuidar a nuestra familia, esforzarnos por ser mejores, encontrar la felicidad en los caminos que recorremos. Para eso, es fundamental organizarnos como sociedad, pero si la discusión sobre las maneras de organizarnos y las prioridades que establecemos para el conjunto van a suponer cargarnos nuestros valores fundamentales, mejor pararnos a pensar.

El respeto al otro, la libertad, la posibilidad de opinar distinto, la convivencia, la paz, la solidaridad y la empatía, deben presidir nuestros actos y opiniones, porque en caso contrario estamos perdidos. Condenados a repetir la historia.

La abstención

Otro hecho que nos preocupa es el nivel de abstención. La gente dice: «paso de esto», «soy apolítico», «son todos iguales». Me pregunto si cuando en la cuenta de un restaurante te cobran de más o cuando la mochila de la niña que has comprado por Amazon viene rota, también dices «yo paso». Pues si en estas tonterías no pasas, tampoco deberías pasar de unas elecciones. Es un derecho que quizás no peleaste. Otros sí lo hicieron. Ten más respeto por ellos y, sobre todo, por ti.

Andalucía ha pedido cambio

Andalucía ha votado cambio. Las elecciones son legítimas, por tanto hay que respetar los resultados. Veremos cómo se organizan las nuevas mayorías, a qué acuerdos llegan y si cambia algo o no, que está por ver.

Nuestro papel como ciudadanos debe ser hacer bien aquello a lo que nos dedicamos, contribuir con nuestro esfuerzo a la mejora de esta sociedad y estar vigilantes con los que hemos elegido como representantes. La política es reflejo de la sociedad de la que nace. Si nosotros pasamos, deciden en nuestro lugar.

No hay mejor democracia que la sostenida por una sociedad con valores sólidos, capacidad crítica y que controla a sus representantes. Tratemos de ser mejores, para que ellos puedan ser mejores.

 

Y hasta aquí nuestras reflexiones sobre estas elecciones andaluzas.

Nos vemos en la siguiente entrada

¡Que tengáis una feliz semana!

 

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